La antigua, eterna y atemporal oración «Modé Aní» es una breve pero profunda que los judíos recitan al despertar, antes de comenzar el día. Esta oración, tiene significa «Agradezco», lo que es un testimonio de gratitud y reconocimiento hacia Di-s por el regalo de un nuevo día de vida.
Modé aní lefaneja, mélej jai vekaiam, shehejezarta bi nishmatí bejemla, rabá emunateja.
Agradezco yo delante de ti, Rey vivo y existente, que has devuelto mi alma con gran misericordia, grande es tu fe, amén.
«Modé aní lefaneja» (Agradezco -yo- ante ti): La oración comienza con una declaración de gratitud. Al decir «Modé aní», el orador expresa su agradecimiento directo a al creador, antes incluso de reconocerse así mismo, por eso la oración no es yo agradezco, sino, agradezco yo, primero soy agradecido y luego soy yo, esta antes la gratitud que uno mismo. Este es un acto de humildad y reconocimiento de la grandeza de Di-s desde el primer momento del día.
«Mélej jai vekaiam» (Rey vivo y existente): Se reconoce a Di-s como un Rey viviente y existente. Esta frase subraya la creencia en la naturaleza continua y omnipresente del Creador, que solo hay uno que gobierna sobre el tiempo y la existencia misma, es una manifestación filosófica que nos recuerda que el Eterno tiene como esencia la existencia misma, cuya existencia es necesaria e inmutable, en contraste con nuestra existencia contingente y transitoria.
«shehejezarta bi nishmatí bejemla» (que has devuelto mi alma con gran misericordia): Aquí, la oración aborda la resurrección diaria del espíritu. Según la tradición judía, el sueño es considerado una pequeña muerte, un momento en el que nos acercamos un poco más al Creador, y al despertar, el alma es devuelta al cuerpo. Esta línea expresa gratitud por la misericordia divina que permite esta renovación diaria.
«Rabá emunateja» (Grande es tu fidelidad): La oración concluye con una afirmación de la gran fidelidad de Di-s por nosotros. A pesar de las imperfecciones humanas, Él renueva la vida de cada persona con confianza y fidelidad. Este es un recordatorio de la relación constante y fiable entre el ser humano y su Creador.
Por lo tanto, la oración Modé Aní es un poderoso inicio para el día de cualquier judío observante. Su brevedad no disminuye su profundidad; en cambio, encapsula un mensaje de gratitud, humildad y reconocimiento de la benevolencia divina. Al comenzar el día con esta oración, se establece un tono de agradecimiento y consciencia espiritual que puede influir en las acciones y pensamientos durante el resto del día. En un mundo lleno de desafíos y incertidumbres, Modé Aní ofrece una sencilla pero profunda ancla espiritual, recordándonos la grandeza de Di-s y la misericordia renovadora con cada amanecer.
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