Descubre la sabiduría atemporal de este gran pensador, 10 frases de C.S. Lewis, inspiradoras y profundas. Sumérgete en el mundo de la reflexión y la inspiración con las palabras de este renombrado autor.
Excepto cuando interfieran circunstancias adversas intolerables, los elogios parecen ser una muestra de salud interna en voz alta.
Creo que nos gusta elogiar lo que disfrutamos porque la alabanza no sólo expresa, sino que también completa, el placer; es el reconocimiento de su consumación. Que los amantes se digan continuamente lo bellos que son no se debe a un cumplido, sino a que su placer es incompleto hasta que se expresa.
Disfrutar plenamente de Él es glorificarle. Al ordenarnos que Le glorifiquemos, Dios nos está invitando a disfrutar de Él.
Como bien sabemos, uno puede llegar a deducir casi cualquier cosa de un libro si está suficientemente convencido de ello.
Parece ser que al ingenio humano le resulta imposible inventar una narración en la que la inteligencia de otra persona no pueda, de forma verosímil, encontrar un sentido oculto.
La verdadera razón por la que yo puedo aceptar como histórica una narración en la que ocurre un milagro es que nunca he encontrado ninguna base filosófica a esa proposición negativa universal de que los milagros no existen.
El hombre está hasta cierto punto hecho «de» otras cosas. Es un animal; pero un animal llamado a ser, o educado para ser, o (si se prefiere) destinado a ser, algo más que un animal.
Alguien que argumentara que un poema no es sino una serie de manchas negras sobre un papel blanco no se le podría rebatir si se dirigiera a una audiencia analfabeta.
Puede mirarse a través de un microscopio, analizarse la tinta y el papel, estudiarlo (en este sentido) todo lo que se quiera; nunca se encontrará nada a partir de dichos productos analizados que nos permita decir: «Esto es un poema.» Los que sepan leer, sin embargo, se empeñarán en decir que el poema existe.
Entre épocas distintas no hay juez imparcial sobre la tierra, porque nadie se encuentra al margen del proceso histórico; y, por supuesto, nadie se encuentra tan esclavizado a él como aquellos que entienden nuestro tiempo no como un periodo más, sino como una plataforma permanente y final desde la que observar el resto de épocas con completa objetividad.
Cuando uno mira al cielo y observa esas estrellas que son Su creación, resulta extraño que a Él debiera preocuparle algo como el hombre. A pesar de ello, aunque Él nos haya creado inferiores a los cuerpos celestes, aquí abajo en la tierra, nos ha concedido un extraordinario honor: nos ha hecho señores de todas las otras criaturas.
Frases extraídas de: Lewis, C. S. (2010). Reflexiones sobre Los Salmos. Planeta.