La separación de los primeros cristianos de los judíos forjo el nacimiento del antisemitismo, desde otrora el antisemitismo y el cristianismo han tenido una relación compleja, duradera y muy extendida, ya el filosofo Justino es el primero en llamar a la separación entre judaísmo y cristianismo, escenifica esta ruptura alrededor del año 135 de nuestra era, en un dialogo con un judío imaginario, donde le explica que Di-s ha abandonado a los judíos, el pueblo una vez escogido y que ahora los cristianos están llamados a ocupar su lugar.
«La nueva ley se aplica a todas las personas sin distinción, -reemplaza a la antigua y la anula por completo, hoy somos nosotros (los cristianos) el verdadero pueblo de Israel, somos el pueblo de Dios, los que hemos conocido al verdadero Dios a través de Jesús».
Esto es lo que se denomina teología de la sustitución, enseña que los cristianos reemplazan al judaísmo, dice que si bien es cierto que alguna vez hubo un pacto entre Di-s y los judíos, tal pacto ahora ha caducado.
El cristianismo quiere en ese entonces convertir concretamente aquellos a quienes también podrían ser alcanzados por la enseñanza del judaísmo, por eso el cristianismo uso la figura del judío como elemento disuasorio, cristianizo a los no judíos sobre las espaldas, afirmando que estos estaban equivocados.
En esta situación extremadamente competitiva se permitieron todos los medios, también la difusión de cuentos chinos, por parte y parte hay que admitir.
Así surge el primer mito del cristianismo sobre los judíos, el de la muerte de Di-s, pues el apóstol Judas, judío como todos los discípulos de Jesús, lo traiciono y por lo tanto fue responsable de su muerte, desde entonces los judíos han sido considerados los asesinos de Cristo; pero Judas no era un hombre cualquiera, y no era un nombre cualquiera, Judas significa judío, y también Judea, y declarar que fue un judío quien traiciono a Jesús fue un movimiento inteligente para criminalizar a los judíos.
Una cosa es el cristianismo de las cavernas, el perseguido, y otro muy diferente es el cristianismo de Estado, el institucionalizado y proclamado para el imperio romano, «un idioma, una religión, un imperio», y fue ese cristianismo romano el que difundió, parece que ad infinitum que los judíos y nadie mas fueron responsables de la muerte de Di-s.
Original upload 19. Apr 2005 by de:Benutzer:Historiograf – Eduard Fuchs: Die Juden in der Karikatur: ein Beitrag zur Kulturgeschichte. Nachdr. d. Ausg. München, Langen, 1921, 1985, S. 9. (See picture attached to page 8 and read description on pages 124–126 in the scanned book at archive.org)
Si el Di-s cristiano es amor, ¿de donde vino todo el odio y toda la maldad del mundo?, tenia que ser culpa de alguien mas, la historia del cristianismo necesitaba que algún otro encarnara este componente fundamental de odio y violencia, desde el el siglo II en adelante los cristianos empezaron a responsabilizar cada vez mas de la muerte de Di-s a los judíos, y solo a los judíos, si hubiesen culpado a los romanos, el latín no se habría convertido en el idioma de Di-s, ni roma en su capital.
El prejuicio antijudío mucho después siguió y es el que se desarrolla a partir de un “cristianismo espiritual” basado en la antítesis entre Nuevo y Antiguo Testamento, entre el amor y la ley. Una antítesis que recuerda la postura de Marción que Agustín había contrastado idealmente oponiéndose al llamado maniqueísmo.
En la época moderna, la posición marcionita es un aporte de la Reforma en la medida en que la nueva Ecclesia spiritualis ve en los judíos a los representantes de la ley entendida como autojustificación. “Lutero ve en ellos a la Iglesia carnal, espejo negativo para la Iglesia espiritual que imagina. El peligro que representan va mucho más allá del ámbito judío. Muchos cristianos se jactan de su propia justicia, practican una religión hecha de ceremonias y ritos exteriores”. De este modo el judío se convierte en criterio de comparación, negativo, para establecer la verdadera religión.
Para Lutero, el judío, al igual que el católico, persigue la autojustificación mediante las obras de la ley frente a la doctrina evangélica que requiere la justificación mediante la gracia de Di-s. Con ello une el legalismo romano y papista con el judío. El catolicismo es un “cristianismo judío”, mundano, que ha olvidado la justificación mediante la gracia.
Frente a este cristianismo “carnal”, está el “espiritual” restaurado por la Reforma. Podemos ver que esta contraposición no se halla sólo en los reformadores, también está presente en los humanistas. Para Erasmo de Rótterdam, que demuestra en sus escritos una hostilidad antijudía profundamente arraigada hasta el punto de alegrarse por la expulsión de los judíos de Francia, la antítesis entre judaísmo y cristianismo es antítesis entre la carne y el espíritu, entre una ritualidad exterior y una fe interior.
“Al igual que muchas enfermedades físicas, el antisemitismo es altamente infeccioso, y puede convertirse en endémica en ciertas localidades y sociedades.”
PAUL JOHNSON
Miguel Jiménez1483 – 1487
La tabla ocupaba el lugar central de la calle derecha del cuerpo del retablo de «La Santa Cruz» de la villa de Blesa, Teruel. La escena forma parte del relato de La Invención o Hallazgo de la Santa Cruz, según La Leyenda Dorada de Jacques de La Vorágine:
Judas, judío de Jerusalén, tenía conocimiento de la localización del lugar exacto donde se encontraba la Vera Cruz; sometido a interrogatorio y ante su silencio fue arrojado a un pozo seco, donde permaneció por un periodo de seis días, una vez pasado este tiempo promete dar a conocer su secreto. La escena recoge el momento en el que es interrogado por Santa Elena liberado ya de su castigo.
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