Santiago Pérez Hernández

«El sionismo no busca disminuir los derechos de otros, sino asegurar los nuestros»

Theodor Herzl

El pueblo hebreo, indisolublemente imbricado en los hilos de la historia y la fe, se erige sobre tres pilares fundamentales que dan forma a su existencia: su propia entidad como pueblo, la tierra prometida de Israel y la fe indomable en Di-s (emuná)[1]. La condición de ser parte del pueblo de Israel trasciende la mera congregación de individuos con creencias comunes. Se percibe como una vasta familia, antiguamente entrelazada, con un papel apoteósico en el tapiz de la humanidad según lo dictado por Di-s en la Torá. Este compromiso no solo implica el abrazo de la fe o emuná, sino también la realización de acciones en consonancia con los preceptos de la Torá, y el ser una llama orientadora para las naciones.

A través del devenir de los siglos, los judíos han encontrado consuelo en la promesa divina de que esta tierra les sería entregada. Es en la tierra de Israel donde hallan sentido y propósito. Es el eje, el corazón y el alma de su fe.

Cada rincón de la tierra de Israel está impregnado de historia y significado. Es aquí donde se forjó la identidad del pueblo judío, y donde ocurrieron los sucesos más cruciales de su historia, que es precisamente historia secular, no religiosa, verificable por cualquier observador[2].

De allí, que el suelo israelí ha sido testigo de las vicisitudes y triunfos del pueblo judío. Cada piedra y cada esquina de esta tierra están cargadas con la historia y las plegarias de un pueblo. Para los judíos, Israel es un espejo de sus triunfos y caídas, es el eco de los vaivenes de la existencia.

Después de siglos de exilio y persecución[3], la diáspora judía finalmente pudo regresar a su tierra gracias a la valentía de sus ancestros, quienes lograron establecer el Estado de Israel[4]. Después de 2000 años de dispersión, el retorno a Eretz Yisra’el (la tierra de Israel) es considerado por los judíos como la señal más grande de que están viviendo los días de la redención. Desde el renacimiento del Estado, generación en generación hemos sido testigos del cumplimiento de las promesas de Hashem a través de los profetas.

Por lo tanto, para el judío, el ser parte de este pueblo, la conexión con la tierra de Israel y la fe en Di-s son los pilares fundamentales que sustentan su identidad y su compromiso con su historia y su futuro. El retorno a su tierra ancestral es visto como una señal divina que ha transformado la vida de los judíos en todo el mundo.

De esto se coligue, que existe una indisoluble vinculación con la tierra, que se traduce en una unión inquebrantable con su pasado, su presente y su futuro. En el seno del judaísmo, visto no solo como una religión sino como un estilo de vida[5], se ha mantenido durante la diáspora un anhelo insaciable, a veces melancólico, pero siempre latente de retornar definitivamente a Israel y reconstruir allí su patria, sintetizada en la frase que se canta en las festividades: «El año que viene en Jerusalén».

«El sionismo, canto de sueños tejidos en el corazón ancestral de una tierra prometida, donde las raíces florecen y la esperanza se eleva como un sol eterno sobre la historia judía.»

Esta es la esencia del sionismo, nacido como un movimiento ideológico y religioso, como la materialización de ese anhelo de regreso, tanto físico como espiritual. A pesar de ser adoptado por el judío secular -el judío puede serlo incluso sin practicar el judaísmo[6]– y transformado en un movimiento político[7], el sionismo nunca se ha desligado de sus raíces judaicas. Atacar al sionismo es, por tanto, un ataque a la identidad judía y a su vínculo ancestral con la tierra y al judaísmo.

Implica, además, la perpetuación de uno de los mitos más longevos y perjudiciales sobre los judíos: la falacia de que carecen de patria, condenados a vagar eternamente, sin territorio ni Estado, privados de derechos e historia. La figura del «judío errante«[8] se utiliza para perpetuar esta visión, posicionando al judío como un ser marginal y una amenaza para la seguridad mundial y los valores establecidos.

Por tanto, la afirmación de que los judíos «no tienen patria» o son «eternos caminantes» no es solo una referencia al pasado. A lo largo de los siglos, se ha repetido y actualizado según los intereses de distintos grupos ideológicos y políticos, justificando diversas ideologías. La imagen del judío errante se ha reinventado bajo nuevos disfraces, alimentando discursos de intolerancia adaptados a las circunstancias.

A pesar de las abominables acciones perpetradas durante la Shoá -el genocidio judío por los nazis-, los mitos antisemitas persisten y proliferan en el mundo, perpetuando la imagen del judío indeseable, como lo ilustra la historiadora Tucci Carneiro. El mundo contemporáneo sigue siendo un huésped del mito, alimentado por los cuestionamientos persistentes sobre los derechos del pueblo judío a los territorios de la antigua Palestina y la dispersión de las comunidades judías a lo largo y ancho del globo.

“Uno no puede borrar el pasado, solamente porque no le queda al presente”

Golda Meir

Sin embargo, para entender completamente el vínculo entre antisemitismo y antisionismo, es crucial examinar qué significan. El primero es definido como una percepción particular de los judíos que puede manifestarse como odio hacia ellos, es un fenómeno complejo y multifacético que se ha perpetuado a lo largo de la historia. Esta percepción, que puede manifestarse tanto a nivel físico como retórico, puede ser dirigida tanto a individuos judíos como no judíos, así como a sus propiedades, instituciones comunitarias y lugares de culto[9].

La demonización de los judíos puede tomar muchas formas, desde la justificación de la violencia en nombre de una ideología radical o de una visión extremista de la religión, hasta la propagación de acusaciones falsas y estereotipadas sobre los judíos como colectivo. Un ejemplo evidente es la persistencia del mito de la conspiración judía mundial o la suposición de que los judíos controlan los medios de comunicación, la economía, el gobierno y otras instituciones sociales, así como que no tienen tierra[11].

El antisemitismo también se manifiesta en la tendencia a atribuir a los judíos la responsabilidad de problemas o daños, ya sean reales o imaginarios, cometidos por una persona o grupo judío, o incluso por actos cometidos por individuos no judíos. Esta forma de prejuicio incluye la negación del Holocausto, la sistematización del genocidio del pueblo judío en la Alemania nazi y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial[12].

Además, de la acusación de que los judíos como pueblo o Israel como Estado han inventado o exagerado el Holocausto es otra manifestación del vil antisemitismo.

Por J. Castillo

ANTISIONISMO ES ANTISEMITISMO

hasagotlex

De allí que, las manifestaciones del antisemitismo pueden extenderse hasta llegar a inculpar al estado de Israel como una colectividad judía. Sin embargo, es importante distinguir entre las críticas legítimas hacia las políticas de un estado y la demonización de un grupo étnico o religioso. Las críticas a Israel, similares a las dirigidas a cualquier otro país, no deben ser automáticamente catalogadas como antisemitismo, de ser así se desvirtuaría al estado democrático y de derecho que supone el país; el antisionismo por su parte, se distingue porque su visión es que el Estado de Israel, está mal concebido, es un error y, en definitiva, no son simplemente las políticas israelíes las que tienen que cambiar, sino que Israel mismo tiene que desaparecer[10].

Por consiguiente, es imperativo reconocer que el antisionismo es en realidad una manifestación del antisemitismo, al menos en tres circunstancias o eventos críticos.

En primer lugar, cuando se niega el derecho de autodeterminación judía. La esencia del sionismo aboga por el reconocimiento de este derecho, entendiendo la indisoluble conexión histórica y cultural del pueblo judío con la tierra de Israel. Aquellos que rechazan el sionismo están, en efecto, negando el derecho fundamental de los judíos a determinar su propio destino y a tener un Estado propio. Esta negación específica a la autodeterminación judía, en contraste con la aceptación de la autodeterminación de otros grupos étnicos y nacionales, revela una discriminación infundada y, por ende, tiene una connotación antisemita, perpetuando el mito del judío errante[13].

En segundo lugar, se manifiesta cuando se aplica un doble estándar y una obsesión con Israel. La evaluación sesgada de las acciones de Israel en comparación con otros países es indicativa de una hostilidad singular hacia el Estado judío. Cuando las críticas son desproporcionadas y se dirigen de manera obsesiva hacia Israel, ignorando violaciones de derechos humanos en diferentes partes del mundo, se plantea una cuestión legítima sobre las motivaciones detrás de esta selectividad. Este enfoque desmedido en Israel, en detrimento de otros actores internacionales, sugiere un sesgo antisemita que trasciende la mera oposición política[14].

Finalmente, la tercera circunstancia se produce con el uso de tropos y estereotipos antisemitas. En algunos casos, los discursos antisionistas se entrelazan con clichés antisemitas históricos, como la idea del control mundial, la conspiración financiera, o la doble lealtad[15]. Cuando las críticas al sionismo se acompañan de narrativas que históricamente han sido utilizadas para difamar a los judíos, se establece una vinculación indudable entre el antisionismo y el antisemitismo. El recurso a estos estereotipos perpetúa prejuicios dañinos y contribuye a un ambiente de hostilidad hacia los judíos, no ya en Israel, sino, en todo el mundo.

Todavía cabe señalar, que la evidencia empírica de lo que está aconteciendo en el mundo es incontestable y no deja lugar a dudas. Basta con dirigir la mirada hacia los acontecimientos que están teniendo lugar en los principales epicentros del mundo occidental para vislumbrar como el «antisionismo» se convierte en odio al judío: Londres[16], París[17], diversas urbes de gran relevancia en los Estados Unidos[18], Madrid[19], Berlín[20], Bogotá[21]. Aquí, las comunidades judías están experimentando un incremento alarmante de agresiones. Un fenómeno que se extiende mucho más allá de los ataques a las embajadas y representaciones diplomáticas -como si esto fuera poco-.

Nos enfrentamos a una situación en la que los miembros de la comunidad judía son objeto de hostilidades directas y explícitas. Sus sinagogas, museos, monumentos y propiedades son blanco de actos vandálicos. Las instituciones que les representan y los espacios de culto, lugares de reunión y fe, están siendo asediados. Esto es, sin duda, una manifestación de antisemitismo en su más cruda realidad.

El problema radica en que una persona puede ser judía sin necesariamente tener un vinculo con Israel, el judío de la diáspora no es responsable de lo que se hace o deja de hacer Israel, así como cualquier ciudadano de otro estado.

Sin embargo, es valido decir, que ser judío es una identidad religiosa, cultural, nacional que trasciende las fronteras políticas, y se está convirtiendo en algo nuevamente muy peligroso. Atacar a un judío por ser quien es y por lo que representa, es una forma de racismo y discriminación, al margen de lo que sucede en Israel.

De allí, minimizar este problema, etiquetándolo simplemente como «antisionismo», desconociendo lo que esto realmente significa, es un acto de negligencia que confiere a los agresores un falso sentido de justificación para perpetrar actos de violencia contra la población judía. El antisemitismo y el antisionismo son dos conceptos que se entrelazan, al cometer antisionismo, se está cometiendo a su vez antisemitismo como ya se vio. Así mismo, al extraer al antisionismo de su verdadero significado y alcance se corre el riesgo de legitimar y perpetuar un ciclo de odio y violencia que impacta de manera directa en la vida de las personas de la comunidad judía.

Con todo, podemos concluir diciendo, que es innegable que uno de los pilares fundamentales del pueblo hebreo es la tierra. Independientemente de las distancias que han cubierto, las diásporas que han atravesado, las guerras y persecuciones que han sufrido, nunca han renunciado por completo a su tierra natal, Israel. Esta conexión con la tierra es una señal de identidad intrínseca al judío. De la misma forma que para los individuos su domicilio es parte integral de su esfera personal, el vínculo con la tierra es parte esencial de la identidad judía, y eso es lo qué precisamente defiende y protege el sionismo.

Despreciar, deslegitimar o atacar este vínculo es, de hecho, un intento de despojar al judío de su identidad, de desarraigar uno de sus fundamentos más sólidos. Es un intento de desvincular al judío de un elemento que forma parte de su esencia, de su origen, del lugar donde se forjó su pueblo y, por extensión, su identidad, y eso es el antisionismo. Los seres humanos somos hijos de la memoria, cada uno de nosotros es una actualización de un pasado que sigue vivo en nosotros. Nuestra identidad se forma a partir de quienes fueron nuestros padres, nuestros abuelos, de dónde crecimos y de nuestras experiencias vividas. Si se nos priva de esto, se nos priva de nuestra esencia.

Lo mismo ocurre con los pueblos, naciones y países. La identidad es algo que debe ser cuidado, protegido y cultivado. La memoria es lo que da sentido a nuestra existencia en el mundo de los vivos. Nuestro pasado es la base sobre la que se construye nuestro presente y se proyecta nuestro futuro. Por lo tanto, cualquier intento de desposeer al pueblo judío de su conexión con la tierra es un ataque a su historia, a su identidad y a su derecho a existir en plenitud.

«El sionismo no es solo un proyecto político, es una expresión de nuestra identidad»

Theodor Herzl

Con el apoyo de:


[1] Hernández, S.P. (2023) Israel: Una Tierra de Historia, cultura y tradición, Apple Books. Available at: https://books.apple.com/co/book/israel-una-tierra-de-historia-cultura-y-tradici%C3%B3n/id6451539115

[2] Textos recomendados sobre la historia de Israel: Barba, F.M. (2012) Aproximación a la historia de israel. Málaga: F. Menchén.

Johnson, P. (2010) La Historia de los judíos. Barcelona: Zeta Bolsillo.

Liverani, M. (2005) Más allá de la biblia: Historia antigua de israel. Barcelona: Crítica.

[3] Más Allá del Holocausto: Las Grandes persecuciones contemporáneas de los judíos en europa (2023) National Geographic. Available at: https://www.nationalgeographic.es/historia/2022/01/mas-alla-del-holocausto-las-grandes-persecuciones-contemporaneas-de-los-judios-en-europa.

[4] ¿Cómo se creó el estado de israel? (2023) National Geographic. Available at: https://www.nationalgeographicla.com/historia/2023/10/como-se-creo-el-estado-de-israel.

Kurzman, D. (1973). Genesis: El Nacimiento del Moderno israel. Plaza & Janés.

[5] Hernández, S.P. (2023) Israel: Una Tierra de Historia, cultura y tradición, Apple Books. Available at: https://books.apple.com/co/book/israel-una-tierra-de-historia-cultura-y-tradici%C3%B3n/id6451539115.

[6] Pérez Hernández, S. (2023) Coloquio Austrittsgemeinde. Available at: https://coloquiosincensura.blogspot.com/2023/04/es-judio-quien-es-judio-es-una-pregunta.html

[7] Staff, C. (2022) ‘La cuestión judía’, El Estado Judío, Theodor Herzl (1896), CIE. Available at: https://israeled.org/la-cuestion-judia-el-estado-judio-theodor-herzl-1896/

[8] Luiza, T.C.M. (2016) Diez mitos sobre Los judíos. Madrid: Cátedra.

[9] Definición del Antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (no date) Drupal. Available at: https://www.holocaustremembrance.com/es/resources/working-definitions-charters/definicion-del-antisemitismo-de-la-alianza-internacional

[10] (No date) Carta fundacional de Hamas-Principales Puntos – Israel Embassy in … Available at: https://embassies.gov.il/madrid/AboutIsrael/AboutIsraelInfo/Documents/Terrorismo_Carta_Fundacional_de_Hamas.pdf

[11] Luiza, T.C.M. (2016) Diez mitos sobre Los judíos. Madrid: Cátedra.

[12] Ibid.

[13] Ibid.

[14] Definición del Antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (no date) Drupal. Available at: https://www.holocaustremembrance.com/es/resources/working-definitions-charters/definicion-del-antisemitismo-de-la-alianza-internacional

[15] Luiza, T.C.M. (2016) Diez mitos sobre Los judíos. Madrid: Cátedra.

[16] TelenocheUy (2023) La comunidad Judía de Londres se mantiene en alerta, Telenoche. Available at: https://www.telenoche.com.uy/mundo/la-comunidad-judia-londres-se-mantiene-alerta-n5357515

[17] https://www.elmundo.es/internacional/2023/11/05/6547c1f1e4d4d8aa438b458b.html

[18] https://www.swissinfo.ch/spa/afp/subida–alarmante–de-actos-antisemitas-en-universidades-y-colegios-de-eeuu/48939214

[19] https://www.elespanol.com/madrid/sociedad/20231009/madrid-redobla-vigilancia-policial-sinagogas-aparicion-pintada-amenazas-antisemitas/800670312_0.html

[20] https://www.libertaddigital.com/internacional/europa/2023-10-18/lanzan-artefactos-incendiarios-contra-una-sede-judia-en-berlin-nunca-nos-hemos-sentido-tan-inseguros-7060225/

[21] https://www.elespectador.com/bogota/embajada-de-israel-en-bogota-fue-vandalizada-por-segunda-vez-bogota-noticias-hoy/

imagen de portada por:  chenspec

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