Muchos edificios antiguos son famosos en el mundo entero por los hechos históricos que han ocurrido en ellos, porque en sus paredes, lozas, tejados guardan la memoria del pasado, son estructuras que conservan, que recuerdan, tiene un significado mucho mas allá de lo material. En la rica cultural de los Estados Unidos de América, se encuentra un testamento de fe que ha resistido la prueba del tiempo: la Sinagoga Touro en Rhode Island. Esta venerable estructura, la más antigua de su tipo en la nación, fue erigida hace más de doscientos años por algunos de los primeros judíos que llegaron al país, y lleva el nombre de su primer rabino: Isaac Touro.
La palabra «sinagoga», un término que ahora evoca imágenes de un lugar sagrado de adoración y comunidad, tiene raíces en el griego antiguo. Proviene del verbo «synagein», que significa «congregar» o «reunir». Este término se compone de «syn», que significa «junto», y «agein», que se traduce como «conducir». De esta manera, la sinagoga se convierte en un lugar donde las personas son «conducidas juntas», una metáfora hermosa de su papel como corazón de la comunidad judía.
En su manifestación contemporánea, la sinagoga es un espacio donde los judíos se congregan, principalmente los sábados, el Shabat, para leer los textos sagrados y adorar al Eterno. Uno de los elementos más preciados en estos lugares sagrados es el armario donde se guardan las Sagradas Escrituras, un símbolo poderoso de la fe y la devoción que impregna estos lugares.
A lo largo de la historia, es evidente que dondequiera que haya florecido una comunidad judía, ha construido una sinagoga. Estos lugares de adoración, que están dispersos por todo el mundo, son pequeñas islas de fe y devoción, donde se siguen las leyes dictadas por Di-s. Son santuarios de agradecimiento y aprendizaje, espacios donde se busca ser mejores seres humanos, y bastiones contra la corrupción y la depredación del mundo. En su esencia, las sinagogas sirven como faros de luz, guiando a sus comunidades a través de las tormentas de la vida y hacia una mayor comprensión y conexión con lo divino.
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